jueves, 8 de septiembre de 2011

4 días atrás¡¡


Hoy es el día 246 del año y me permití ser cómodo, pero menos cómodo que de costumbre, menos cómodo que siempre y entonces partimos, desde nosotros, desde nuestras tripas revoloteadas, y fuimos siendo parte de la caravana, y que se daría durante 20 hs por toda la pampa bonaerense con hordas y hordas de mansos fieles.
El fin era un juego para perderse sin limites en un trayecto conocido del ego, uno que va del yo al nosotros, uno que nos amontona de veraz, como un recorrido subjetivo flácido que se va derritiendo en la intersubjetividad más consistente y pura, porque era realmente un sueño tanto acuerdo amontonado, que se manifestaba tan real y esplendoroso, mucho mas siempre de cómo yo me lo imaginaba.
Fue un 3 de septiembre justo el día del ferretero, dígase que es una tarea que en canción no escribieron específicamente aun, pero que igualmente es festejada como tantas otras ocupaciones reales y comunes a los cuales les presta atención la lírica de la banda; la magia se daba aquí refluyendo mimosa e incontable, por una infinitud de simpatías convergiendo y por el discurso del kia sustentado en su carisma y su alma sin dudas tocada por una varita.
Todo resultaba estraño en el principio, la entrada contradecía el determinismo del tiempo, tamaña negación, solo faltaba que el show hubiera sido en la luna, para contradecir el determinismo clásico de espacio tiempo, porque la entrada decía 28 de mayo; lo que había sucedido era que se había suspendido el show del indio en Junín, antes de las elecciones por si pintaba el bardo, y no faltaban hechos para suponerlo si prestábamos atención a los sucesos pasados, al bagaje histórico del bardo acumulado.
Volviendo al viaje la procesión había sucedido sido sin calma, los medios habían fogoneado toda la mañana sobre un accidente ocurrido en la ruta siete en el km. 65 en la localidad de Lujan a 140 km del lugar donde tocaba la banda, y la cual había sucedido por personajes distintos al evento mencionado, pero los medios buscaban pegar los hechos del accidente mortal donde habían muerto unos pequeños jugadores de fútbol infantiles de un club del ascenso del conurbano, pero al medio día todo quedaba claro eran muertos de la irresponsabilidad de los conductores en rutas, eran fallecidos del error humano, no de los cofrades.
Con el traje del narrador y no del periodista es que me pega este hecho anecdótico.
Nosotros por conocer las rutas del oeste habíamos tomado un atajo, pero igual era mucha la gente que iba sobre la ruta, sobre la banquina, sobre los techos, agitando el polvo, removiendo las piedrillas desparramadas, desplegando los trapos y las banderas de in imaginados colores mezclados.
El marco era desorbitante y desbordante, de una empatía alegre y contagiosa, voy a ser claro infinitamente contagiosa e imposible de repeler.
Había alrededor de 8 km de tierra para los que íbamos en auto, desde la ruta al autodromo donde sucedería la fiesta, porque sobre la ruta que ingresaba se ubicaban los 8km de bondis amontonados haciendo fila horizontal, había que tomar una decisión caminábamos o esperábamos en el auto lo que fuera para salir cuando terminara.
Camine la gente y su corriente, con las luces de frente que me enceguecían y los olores humeantes de los carbones engrasados y me daban babas, y en la oscuridad se había perdido mi desencuentro y el de tantos mas, cantando.
Un coya alegre se perdía en la misma muchedumbre que bajaba de los bondis, colgando en sus espaldadas sus 15 termos y gritaba, vociferando, vendo café veloz, vendo café veloz, para robar las sonrisas que pasaban desconexas de sus grupos, el alcohol le ganaba a los estupefacientes en apariencia mil a uno, pero sabemos como es esto del bardo del subterráneo, aunque también había gente que fumaba sin tomar nada o agua, y gente que tomaba de todo sin escabiar nada de nada, y los otros estereotipados que nos quedaban eran los que escariaban y tomaban; y donde los choris de afuera merecerían un capitulo aparte, al igual que los de las empanadas salteñas y tucumanas y los que vendían la birra bien fría eran para el monumento de los mas sedientos de cualquier desierto.
Generaba un recuerdo que no necesitaría el formol que necesita la materia, y era generado más allá de la memoria, era una sucesión de fotos que se hacían video, era una catarata de sensaciones que me inundaban emotivo.
La sensación que percibí en principio fue de un kaos etéreo, de un caos aparente y de preguntarme hondo adentro, como carajo se acomodaba toda esta gente, y como sincronizan todas estas animas sin agresión, desde el respeto y el festejo a pesar de las diferencias, y era un festejo a la diferencia desde la identidad menos ególatra, también a las diferencias de clase, a las de base y a las generacionales.
El acceso fue enturbiado por tropas y catervas de personas que bajaban de los colectivos mas castigados, de los autos mas raros, de motos inmensas y pequeñas, y de combis blancas escolares o de trampas o trucheadas, con el fernet espumoso en la botella tramontineada y poco diluido en la mano bien aferrado para no extraviarlo o la birra del pico, continuando con la procesión, marchando con el polvo de tierra levantado por todos lados flotando,  la masa uniforme me condujo sin inconvenientes hasta dentro del predio que era bastante grande y quedaría, a medida que se llenaba muy pequeño, este juego verbal este simposio real desfiguraba muchas construcciones de los presentes que flasheaban la mística perdiéndose entre el polvo que levantaban las bandas bailando con la luna, festejando afuera lo que emocionaba adentro, al igual que lo hacia el indio contaminando todos los ojos y oídos, desparramando todos los mundos emotivos con su nueva banda, ya no tan nueva y como no iba a haber magia si hasta tiene a los reyes magos con guitarras a Gaspar y a Baltasar . Para que nunca les quedaran dudas a los de afuera El era el Pai superfreesoul de una religión no inventada y todo lo que traía eran sus ritos amontonados en canciones que nos pegaban si nos mandábamos las mismas macanas que nunca aprendías.
Viento no faltaba, como tampoco faltaba gente para perderse en la concurrencia indivisible de personas, yo camine los grupos y me convide de mi y de lo que cargaba, me ví en otros ojos en los que nunca me hubiera notado si me hubiera quedado aislado, me deje ser fluyendo y me dejaron; y nos hace volar juntos entre ritmos hasta el sentido de la existencia donde residen los sueños y los propósitos.
Después de la locura del fin y jijiji como la ostia de la misa, volvía el vientito histérico y mas reflotaba el polvo del predio veloz, al momento sin pastos y jugaba a perder el sonido de la banda entre sures y nortes, y el intacto con sus 63 pirulos psicodélicos supersensibles, tirando tacos con los universales menos aptos para el conocimiento y con sus tripas en las manos, enseñando….tanto, tanto.
Quedaban los mocos duros recubiertos de la tierra pampeana, y la sonrisa contagiada para ser, el infinito valor de la experiencia y el ejercicio de la argentinidad en el naufragio intersubjetivo, tet a tet y sin medios, porque ayer en Junín éramos + de 100 mil personas con 17 policías + 20 seguridad vial, recorriendo 260 km ida y vuelta es decir 520 km en más de 15 hs, donde hubo cero disturbios, me da preguntarnos entonces quien genera la inseguridad?, si hubo cero disturbios con los mas bardos..
Reflexionando porque sobraba el tiempo y el culto de la paciencia sin adormecerse  mientras se daba la caravana pampeana, un mundo mejor era posible imaginarse a pesar de la espera, para pensarse siempre desde la abundancia y desde contemplar la infinitud del horizonte, ese rito religioso contemporáneo que había sido proyectado por el rock en sus comienzos por los mas rockeros, pero que mercantilizándose había dejado al rock tan pequeño de egos, y esa comunión empírica con los argentinos de todo lo que somos, de todo lo que creemos y de todo lo que sufrimos, porque el mundo real y el mundo que les conviene a las corporaciones no son el mismo, esa era la enseñanza de su organización de base, esa era su pelea autogestiva y ahí no reconocíamos tantos en la potencia, y ese era el discurso contemporáneo y más inviolable de la banda y de las bandas que la seguían festejando, con mucha mayor fidelidad que las personas que van a misa.
Por eso mejor Mete la nariz en el barro y no toques de oído que se te nota bolo, y yo me sentía siempre atraído con la creencia compartida, de todas las bandas que éramos nosotros y del fin practico de esta filosofía ricotera que no pijotea con sus ganas de querer cambiar al mundo mas allá de las banderas de cada uno. Siempre seria mas que moda, y mas que forma y contenido, porque era fuerza desparramada por los cocos y allí es donde se cargaba las pilas de la fe y la esperanza uno¡¡¡
#SilbandoApagaronBengalas y #TocandoCuraronLasPenas
Es siempre festejable y es indisoluble de la memoria.
Junin 4-9-11