domingo, 23 de enero de 2011

abismal del bien

Se ahorca el moño de una siestita larga
y la enseñanza de que no hay golpe
del que uno no pueda
levantarse con su voluntad.
Escribir mañanas
con resacas plenas
tan de boca seca,
por las noches inundadas
de excesos ansiosos
y descontroles codiciosos
sin despedidas;
si vos sos tan tan
reconocida y destacada
que siempre da, seguirse equivocando
de musa, y regalarte estas letras
que no llegan, si abundan,
abismal del bien
proyectando bases que se despliegan
y que en la cabeza se nos pegan;
musicalizando mundos mágicos
con esa presencia que no se presta
y así te ven siempre mis dos ojos
con los auriculares en las orejas
para mover las pestañas, desparramando 
las sonrisas más sofisticadas del planeta,
bailando y mirándome bailar tus pistas
perdiéndome en ellas como un loco,
un serrucho rítmico
acelera tu pulso y los bpm en tu muñeca
que siempre estas manejando,
y como no
si sos tan linda
que se vuelve perturbante
si describirte quiero,
me abruma el imposible deseo
y hasta sacando la lengua
hay tanta dulzura en tus muecas
como si me agitaran y me presentaran algo nuevo
que sos inmensa, y la novedad de esta emoción
superblue
coloniza el corazon.

lunes, 17 de enero de 2011

se desarticulaba, invadida.

Un desmentir irresistible
de una vibración cerebral, irracional
que pataleaba astuta
sin desterrar su destino injusto,
chueca se asustaba,
un destierro inerte de poca banda ancha
que no se pudo bajar de la www.
Mañanero,
en que me refregaba lagañas,
el sol brillaba atónito
y estupefacta tu mueca
se desarticulaba, invadida
del sentir intenso,
que desacostumbrada
nunca cargabas,
y especulando
calculabas calambres
de falta de calma,
ansiedades como las de antes
del amor,
sin compromiso
derritiendo resplandores
jugosos e internos
que cegarían,
a las tuertas más secas;
y vos no te volves a reír
más nunca,
desparramas en gestos
una tristeza contagiosa
invasiva y honda,
y todo esto porque transitaban,
sin aflojarle a la piola
y por tratar como cualquiera
al cordel que se agalleta,
y la sobra desborda
una mano que no acompaña,
desayunos agrios
sin encantos empalagosos,
con una urgencia de empuje
infaltable,
un desliz va al contraste,
gratuitamente y mío
aunque partido al medio,
aplacaba sospechas infundadas
y repetidas,
para cambiar el rumbo
sin agresiones
yo enviaría bendiciones
a quien las necesitara,
también repartiría las flores
y los espejos de mis
partes,
contradictorias y ambiguas,
para que te pierdas
al fin, de las certezas
que te encierran
en la cabeza
esa.
y el tacho vacío
reproduce los ecos
mas sonsos.