lunes, 26 de enero de 2009

Desintoxicarme del mercado y del deseo prestado.

Deposite mi sujeto
harto del automatismo moderno,
y de la comodidad
sin el pensamiento
y también del vaciamiento,
lleno de la bronca, acumulada;
desconfigurado
y desesperanzado
con el humano ser
malo,
por su egoísmo asegurado;
para caer en lo insubstancial,
siempre,
ajustado en la previsibilidad.
Lo arroje, contra el cesto
de un banco, recién liquidado.
Socializando pérdidas privadas
me cambie de bando.
El mundo sucede en mis reveses.
Antifaces y caretas prestadas
y más farsa facilitada.
Mi identidad anduvo,
por todo este tiempo
democrático, aunque
siempre sin cabida, revisándose
en ninguna de las estructuras
que nos ofrece esta corporación
des ilustrada,
y por la historia abandonada
pero seguro más, desorganizada.
Aunque por suerte,
para aprender de la critica
pase por su academia,
con sus instituciones enturbiadas
y con sus pescados, y los parches.
Igual andaba,
y un tiempo tardé,
en superar la enfrascada
del modelo cerebral obediente;
y no por la inercia
de sus piernas largas y patas.
Sino por la picardía singular
y este estilo
colorido.
Entre faroleras ocres, pistachos
y feos coches.
Combustiones y fachosos olores.
Incontenibles y obstinadas
aunque con ganas de que bien funcione,
de que esto mejor mejore, pero
mi conciencia desencontrada
como gran parte de mi generación
que nada más soñaba.
Desinstitucionalizado
aquel sueño anarco romántico
que cada vez me es,
más contradictorio y pesado.
Desintoxicarme
del mercado
y del deseo prestado.
Descreer del estado,
que todo lo que tiene es robado.
Los Nabos. Y zapallos llenos de cal,
conservados.
Encelo atrapaba
a las iguales y distintas,
a las princesas vacías.
Y reventaba hueco
contra las paredes de lata
y chapa,
con las mismas
y sabidas faltas.
Ruidosas marcas
recuerdan la cierto del pasado.
Una bocota grande
y presuntuosa
en una mueca justa,
y unos labios bien rojos
de tan rebeldes
me convencen en la esperanza.
Reproducirme?
Qué responsabilidad que no se enseña
Otra conciencia endeble
se escuda en los derechos ciertos
y me acusa,
mientras me pregunto
cuando tendrás, el tiempo para nosotros,
los doblados.
No menos ciertos ni verdaderos,
que los que se encuentran a tu lado
si soñadores,
por contraste de equilibrio
ante la flaqueza de tus opiniones
y la falta de uso de sus imaginaciones.
Saldos de saludos.
Precios negativos.
En el circo más inútil del mundo
Provocaciones superficiales
irresueltas.
Vos sos muy abstracto
me pensabas,
pero qué hay de indefinido en
el anhelo
de construir dinámicas de tramas
y de redes sociales.
Paladear un buen escocés,
aunque estaría bueno hacer mejor las cosas
acá, en la argentina; integrando
como elegir las palabras justas,
en un mismo y sincronizado sorbo.
Me sonrió sorprendido
ante la magia del momento aislado.
Inconformista. Clasista.
Juan se clava en mi vista.
A veces la vida,
nos da lo que ella quiere
otras veces, no nos da un carajo
y no derrama.
A veces le ejerzo resistencia y caigo,
entonces me repele;
y a veces le paso lejos,
con la persistencia, no con el capricho
volando desde el pico, como un pato.
Atrapo.
Para encontrar una medida común,
un valor universal.
Por el verdadero reconocimiento.
Es que tenemos que seguir participando
sin el sentimiento aislacionista
en que fuimos educados.

y yo te beso el cuello
y siento esa electricidad
bajo tu piel
que me contagia
por más besos
y más dulces
de los que usualmente imagines
juntos somos invencibles.
Una canción inamovible
y un perfume indisoluble.



Te vuelven débil, vacían tu diferencia,
tu contenido dejan sin ser,
para que con las marcas solo nos parezcas.
Y quien te piensa? Tu nueva marca modelo?
Y como te expresas, comprando?
No será una trampa?
Contención incontenible
por una simple estructura
supuesta.
mejor usar la cabeza.