lunes, 26 de julio de 2010

porque todos los días son, el día


sin embargo la desesperanza
no te desparrama,  
aunque las alturas
intensifican los golpes,
e igual es que sigo yendo
rajado por fuera
contenido de adentro,
o eres sordo y no escuchas el alboroto
en el golpe de los trozos
desgarrados y rotos
de mi conciencia primitiva,
aunque yo me plantaba, resistiendo en uno
y cortaba un árbol seco
para incendiar mis libros amarillos
sin devoluciones,
como iba a ir, sin bajar la intensidad
y asi dejar, lo atolondrado de lado,
para mi eso era un fluir natural
extrañado de pinchazos obsecuentes
como de un Groove que se torna flácido y chirlo
un chicotazo en la frente con la luna llena de marco,
porque todos los días
son el día,
tensar la raya y ver la calavera
en una reflexión con obstáculos humanos,
traducir las santas letras marchitas
y reproducir una hermosa melodía fuera de ritmo
para que siempre estés por cansarte de todos
como el castigo,
es como perder el centro o el control
de rumbearte pirado.
Y el aislamiento es el producto
de tu comodidad desinstruida
y de creer que otros tienen
que pensar por vos.
No dejes que te desapasionen
con esta vida,
para volvértela 
infelizmente jodida.