viernes, 26 de noviembre de 2010

-:-sintaxis epistémica

Suzie wong maquiavélica
parloteaba mixturas desfibradas
mientras blanqueaba su nariz
con los polvos mágicos,
un miedo eterno
al amor
corre maratones infelices
y expuestas rebalsan,
con las imposiciones sociales
que ya no compartimos,
en una curva
que raspaba tradiciones
y su Asia
que era tan hondo
y en sonrisas
desarmable,
la miraba embelesado
mientras tomaba un vino tinto
que aterciopelaba mi garganta
con uvas adaptadas
mejor que en su origen,
y ella bailaba locamente
moviendo los pelos
lacios y negros,
y se aferraba al caño
para marearlo
toda vez en el espejo,
que se zarandeaba en el reflejo
en sus piernas delgadas
y en sus manos delicadas,
como de los ojos escondidos
que en sombras la percibían
sin ser notados,
sus cejas finas eran como dos agujas
que penetraban con su mirada;
y su Persia de rasgos entramados
que era ecléctico y tan suave
en que sus pezones se endurecían
con la más mínima brisa,
al lado, una fiera babeaba feroz
por sus corderos,
y chispeaba
un transformador sudado
y sus gotas electrificadas
pegaban en mi frente
impulsándome
a otro abismo,
y yo zurrié la lengua
para acamparme en un capricho
inmundo 
en que mercantil me inundo
y para verte con el sol 
entonces abundo con la luz,
tu cruz y las de todos
mientras mas me obligan al deber
mas me brota la rebeldía
prepotente de las letras,
porque yo me divierto
escribiéndoles,
es que me conecto
con uno que tengo adentro
y es tan fuerte ese lazo
que no lo cuestiono,
todos somos más de una parte
quien sabe cuantas?
de más.