que lo que la imaginación te permita
aunque quieran engañarte
y siempre estén pidiéndote guita,
porque en el origen, ya te limitas;
y en la selva, el potus
es inmenso, con sus buenas guías
con el agua y sin sequía.
Sueña sin espanto
júzganos por nuestros cantos.
Se mi amigo honesto
y no te detengas
mientras
despiertas
la conciencia eterna.
Mira arriba de la esperanza
sin perder, el poder
de todo mutarlo.
Puedo creer, entonces
o reventar
que es el saber?
del despreciar.
Mejor entender,
que desandar
guardando la fe
pa usarla con la teve.
Miras aquel, que sabe trajinar
Yo y yo,
quien más que yo
para pelear,
sin la verdad partida
con la furia injusta,
de la maldad
que siempre asusta;
más que la mediocridad.
Despiértame
blindándome de amor
con esa energía, tan latinoamericana
y no egoísta; protégeme.
Revuélveme
el soñador, interior
que recargo.
Que es el placer
sino disfrutas.
Rentas anteojos fuliginosos
para esconderte sin ver,
para arrastrarte sin ser
y pedir culpables,
para pretender siempre,
el error
en los demás;
sin serte consciente.
Con lo difícil que es
no morir o
no matar;
revivir
con lo que cuesta
adaptarse y cambiar.
Resurgirse de este puto mundo
esa artística necesidad.
Que es lo que ves
sin comunicar
necesitar.
Equivoque el camino
y me reafirme en el cambio.
Vos reproducís estructuras
y las sufrís peor que una cruz.
Me lavo con un agua dulce
para que se pasen rápidos
los pensamientos
boicoteros y berretas.
Despierto con mis ojos abiertos
que no dejan de buscar.
Porque veo números
y me salen las letras
para equilibrar
la frialdad
del plástico que se halla en tus tetas.
Entonces me curo
para no volver a enfermar
y muta
en fin, todo el mal
como al baby
de cualquier mama,
con sus grititos, cambiándole
su cagado pañal.
