jueves, 12 de agosto de 2010

también soy.


Vos sos tan campechana y cautivante
que correría mis mañas del centro
para orbitarte.
Sos tanto
que el resto siempre es tan poco
midiendo el vínculo manso.
Yo soy lo que puedo ser
desde estas letras
y también todo lo que me debo
por la historia y por las partes
por la imaginación
y por las partes de los artes.
Vos sos donde quieras
y para vos yo era,
todo un misterio andante
toda una fogata de palabras danzantes,
pero vos sos la mujer maravilla
y yo el ser pensante, en la silla,
entonces era un capricho de retiro, sin alas
un aburrimiento sin patas, una entramada
era una calle turbia de ríos que usas
en el pasaje desconocido;
entonces era, la vara clavada y torcida,
que sostenía rosales de espinas con flores marchitas
era el color en las plantas y vos partida,
las astillas,
pero una sensación sin identidad me robaba simpatías
y me arreaba conduciéndome bien, desde la gracia
con la marea del pensamiento circular se mareaba,
un manto batido tapaba
mi vergüenza y las espinas
que me dejabas
toda vez que, pasabas
musiqueando emociones.
Aunque vos sos una lapicera azul
yo soy uno de todos los colores.