lunes, 12 de abril de 2010

eugenio Ve


Una luz
que llena de ánimo,
Eugenio ve
más allá de las miradas
una plenitud que vos no cargas
y una inmensidad, que compartes
o que, sino te mata/s.
Un desvestir
de los establecidos prejuicios
un vértigo alucinante y libertino
un pequeño mareo precedía
un intenso temblequeo escamado
caluroso y fresco.
Miradas quietas y ciegas
que no se pagan
sin la conciencia de lo que permiten,
papanatas con billeteras y alas
que ganan
un mosto rancio
para tirarnos el humo del éxito
por la nariz en la cara
y convertirse, solo
en una superficial pose;
recortes de polleras,
y tres agites, de dos piernas
que acerca el desnudo
destrabando estándares
que siempre aceptaste
cargando la croqueta ingenua
y ningún regalo honesto
para nutrir la experiencia;
si lo dicen tus ojos,
algo me enseñaran
dios quiera,
y si habrán visto
tanto, cargando reproches pasados
y deshonestos silencios
con su lenguaje de gestos
y sin las palabras
que no notas
desatento.
Un trago fresco
un amigo tuyo,
un limón sutil
que me anonada
como estas palabras
que andan robándome
universales medidas,
tan perspicaz
anda
por el medio del hielo
amargándolo todo y entristeciendo,
llenando de grises
cuando todo es blanco y negro
y vos queres determinar los bordes
para manipular las mezclas
por no creer
en la pureza que hay en uno,
con todos y en ninguno
rompiendo optimistas
queriendo matar al censor
de las reglas especuladas
y del calculo ponderado.
Que mostrarías
y que guardarías
hasta el cajón
para acompañar a lucifer
en otro morir diario.
Perder la memoria
borrando lo asimilado,
negando la suerte.
Y que te mandaría a aprender
amontonado
del dolor que nos causaste.
Y te sugeriría reconocer
todo el desparramo que ejecutaste
sin estrategia
ni reflexión para el bien común.
Y también compartiría este sueño
tan esperanzado y luminoso
que supera palabras y rimas,
los ritmos desalineados
y los sentires complejos
para unirnos aprendiendo;
y más me gusta
ese silencio
que se vuelve pura picardía,
entonces sin ver lo que parece
yo te voy a mirar profundo,
y te voy a subir a upa
de los doscientos centímetros que cargo
sin los tacos, para que te fascines más
que del color, de mi mirada.
Un gracias
embebido con la traición
que recuerda inmediata
justa, para una parte de la tribuna
imparcial.
Una deslealtad se hace tendencia
y se pavonea,
como un chancho volador
y despinta tu make up
coqueto
hidratando debilidades
que mal emparchaste
con otros
más débiles que vos.
Un toqueteo
que se vuelve
una virtual cosquilla,
una armonía disfuncional
se logra necesaria
y resiste al ámbito
del espanto astral
y que, reparte las sillas
para que te preguntes
de donde salio este marrano
y toda su verborragia peluda
y para que investigues
de una vez por todas
los espacios de letras
en los que participo.
Sin propiedades
igual arriesgo
y seguro que te podes volver
más loquita
conmigo
disparando tus fantasías
tus reflexiones
y tus enredados pensamientos.
ja