lunes, 1 de marzo de 2010

hay quien cree, cada cosa

Hay quien cree
que hace el bien
y que solo barre el barro
de su propio ombligo
empantanado.
Un silencio gris oscuro
que se vuelve, el más negro
inundando mi día,
en el mismo desliz
de vos, defendiendo
enemigos,
y paparruchadas
del deber ser
sin ser nada;
las ideas de ideas
las poco democráticas,
sin beneficio social
la vida del monopolio
y un reír de vergüenza
como para encapucharse
con una ruborización intapable,
bajando la voz
para que no sea
tan cierto,
como el contraste necesario
del áspero aprendizaje
y el criollo de Atahualpa
enseñando a ser
un poeta.
Una canción con alas
detrás, de tus sonrisas
y de las montañas de cañas
un ritmo histérico
de ciudad
sin saber callarse
y tus naturales movimientos
en el río
sabiendo hablarme;
adore este remolino emotivo,
este compartir
unido de suspiros,
esta espiral metida honda
y borroneada,
sin falsas expectativas,
fumando raíces
y amagues amargos,
persiguiendo la América
la más cargada
de futuro
que te puedas imaginar.