martes, 6 de octubre de 2009

un tero gritón disputa el cielo con las cotorras bufaronas

Un fantasma
atroz
destempla el karma,
un tero gritón
disputa el cielo
con las cotorras
bufaronas
y una arqueada voz
mambea y desarma
en el insaciable instante de dos.
Se dispersa en las eses
y siempre se va de pista,
en el tobogán de la cabeza,
en el ritmo partido
y en la falta de simpleza,
la feminidad,
y el monopolio de los sentidos
la competencia
y quien cuenta con más sensibilidad;
la pareja,
entrevera
y galguea la hormiga
como todos los días
sin salirse de la fila,
luchando contra su pereza,
se me resbala la pava
hirviendo, pateo
el polvo y las sillas.
Astuta y cruel
en fondón la ardilla
disputa angelicalmente
como toda madre
preservando
con una sonrisa
compartiendo los miedos
para que no se vayan lejitos
y engañando,
revelando
todo lo que hace falta
refunfuñando
con que no le alcanza.
El detrimento
y el abandono
como las emociones
que te superan
hasta engordarte
con sus desproporciones,
y la franja
no la morada,
con los salvavidas,
que se adecuan
desde la ropa
arrugándose sobre la mesa
babeando la baba
en chorros y gotas.
Emocionarse y comprometerse
con el libre albedrío
seria vacío
en la entrega
de cuerpo y alma.
Una estampa
y un cross de rescate
justo a la pera.
Porque no controlas tu ansiedad?
es el circulo vicioso
o son las anfetas tramposo
Elegir el camino
o heredarlo
con un aliado
o con un enemigo.
Crear suspiros insondables
y reconocernos
en las sonrisas, más amigables;
refregar caracoles
para revitalizar
todas las viejas poses
mal usadas.