jueves, 3 de diciembre de 2009

Hongos, caracoles y sapos



Llovía sobre mis 2 metros
y me limpiaba el agua
trayendo serenidad,
charlaba el mago
desde el cuerpo de un sapo
con cara de malo;
una orgía babosa,
se precipitaba por mis brazos
y yo me hice medio puto
con esos tres caracoles
enfiestados.
Sobreviví distante
contradiciéndome
ante las alumbradas y los faroles
que me escrachaban,
y perseguí dispuesto
tanta carretera sinuosa
por MI parte cabezona;
tanta frivolidad e individualismo
no nos dejan abrazarte,
tanto andar amando
mal y pronto
tanta cooltura Light
y siliconas,
artificios
tomando mierdas
baratas y caras
para vivir volcando, por las narices
perpetuando esa sed
infinita del alma,
aferrándose en la esperanza,
a los grises
y no a la calma
en zanjas lumpens
y en countries sofisticados
del multizonal conurbano
terminamos.
Llegar abajo, hasta testear
lo que parece
como el limite
con que nos coartamos
y lo que creemos ante el,
como ley invariable
y lo que convenimos sin decirnos nada,
y que es, en ese instante
tan rebelde y honestamente humano,
y esta ahí,
delante de los hocicos nuestros
y no es tan duro
como lo que dice tu emoción
que si sostiene un símbolo
que también acordaron otros pescados;
y con tanto choque planetario,
no es necesario mal cruzarnos
andar peleando, los egos
ajustables y plásticos.
Que el crujir del silencio
siempre en la necesidad
es más cruel que el bullicio
y que el antojo posesivo más empalagante
es la peste mas fulminante;
el dengue caminaba mis honguitos
ufff que trip le esperaba
en su genética.
Emotivo un cuerno
el dolor de conocernos
y no sabernos.
Que impotencia existencial
me broto y detono
muto
el mundo es injusto
impiadoso
y en lo malo eterno
es un puto putoooooo.
Me enseñas lo que me debo
y me debo para la próxima
no deberme,
más respeto
a tanta palabra,
pesada con la mente
para que no trabaje
en si, ni en nadie.