domingo, 26 de julio de 2009

Para distinguir, fanáticos de seguidores o de mediáticos y famosos. Para quien le quepa esta capa. Conciencias extremas. Lo que somos.

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La verdad no se sabe y menos se sabe quien la sabe contemplar con esta restricción de la instrucción que recibimos, más allá de eso y más acá de esto, lo que es realmente complicado ahora, es el ver a la gente famosa compartir sus vidas en la red, ya sea en twitter o en facebook, ver como hablan de ello o que es lo que comunican, sobre todo es raro el verlos compartir cosas personales; porque siempre, absolutamente siempre, hay trolls y fanboys enfermos (señor, señora, tranquilamente pueden ser sus abandonados hijos, así que revise sobre los contenidos de la educación de esta generación), que no entienden de limites y que se sobrepasan a si mismo, generando en fin este tipo de cosas obsesivas compulsivas, insanas y bien freakys de este espacio histórico.
Este suceso no es exclusivo de los barrios pobres, como lo es siempre responsable para la cultura ganadora del 28/7 donde se origina el caos de todas las cosas, sino que vamos a intentar ser un poco más universalistas por la magnitud del fenómeno, más bien como la genealogía del joven es bien común en la dinámica social de las edades prontas, las cuales aún no han conformado su identidad, mucho menos sus valores y ojala si tuvieran algún día fueran los humanos, no saben tampoco lo importante que es tener una actitud critica con la vida de uno, aunque si tienen el tiempo que nosotros no para que se los enseñen y aceptar sus errores de percepciones y de aceptar la dinámica del cambio personal y no ejercer tanta resistencia por las estructuras, yo soy más de la edad eterna y del arete o la nobleza como el valor mas humano, desde mi autoconciencia, en la cual se da ese proceso de reconstrucción diario, con su ideal de identidad o su identidad ideal, el joven no sabe aún quien es ciertamente y que es lo que bien quiere, como muchos de nosotros que usamos mil trajes y dejamos mil uno, para terminar aceptando o emulando esas influencias, como es que sucede con los adolescentes, edad en la que se buscan identificarse con la manada, más de todo por comodidad y el miedo a quedarse solo no por el abandono de potencias, por lo que la cuenta termina siendo sencilla en demasía, para terminar masificándose con algunos de estos estereotipos de mercados para poder ser bien parecido y no desentonar o marcar contraste. Y la distancia que no logra descubrir el notado, conocido, famoso, groso en el fondo es esta, la que se da entre, que es lo público y que es lo privado, que los envidiosos se notan siempre desde sus dos ojos, vendan el perfil que vendan aun siendo gentes de cultura esta es su confusión más grave, la cual no se porque no ha sido nunca sercheada.
Viene bien traer para los próximos renglones, la relación entre el objeto y el sujeto como hecho simplificador, para lo cual las obras, los discos o los libros se presentan ante el consumidor-espectador como totalidades herméticas, ajenas a cualquier proceso relacionado con lo económico, se esconden como mercancías que son para convertirse en súper mágicos bienes aunque es habitual recurrir a la cita de influencias, tendencias, circuitos culturales en los que se ha desarrollado, para englobar la creación en un contexto, pocas veces se sitúa a la obra dentro del proceso de producción o de intercambio, ocultándose, de este modo, todo lo relativo a la financiación, organización, distribución, publicidad de esta actividad. Como lo ha dicho un Carlos en la historia del ser humano que vende y compra; esto sucede en nuestras espaldas, Como si fueran nigromantes los productores y los decorados cayeran desde el cielo. A lo neoclásico vende humo bien denso y agua bien turbia, bien de un don Patinkin.
Porque si pudiéramos entender como sujetos que no somos realidad sino potencia esta cultura tendría una esperanza antes de que necesitemos de las hadas, pero como ya no queda lugar para la revolución política porque todo lo ha tocado el mercado y jamás se podrá desprender, aunque nos queda esa idea de rebeldía autoexistente de hacer lo que queramos como es que queramos, que esa es una manera de vida autoimpuesta que eso no se transa y no tomado como un bien para los jóvenes sino que es una garantía. Donde los límites históricos geográficos fueron sustituidos por los límites de marketing segmentado por consumidores. Donde importa más una marca que un país donde la política es contada como si fuera un espectáculo por periodistas siempre bien comprados, que es la farandulizacion de la política y el circo de los peores animales. Uno de los pocos puntos donde puede generarse algún tipo de esperanza de revolución, o donde es, que veo su germen, en la educación por lo que esta de más explicar porque vendría bien discutir cuestiones de esta índole.
Y la pregunta implícita de todo este pensamiento largo tiene que ver, en como es la relación que se da entre seguidores y fanáticos, veremos a lo largo porque son dos acepciones bien distintas de identidad o reconocimiento con los artistas, famosos, deportistas, notados o estrellas; que estos vendrían a ser como los modelos ideales de éxito social, que después de estos son empresarios de si mismos, empresarios de su exterioridad comerciable, que adentro los psicólogos y sino los caminos para recorrer los líos de la cabeza con buenos amigos contemporáneos; que su contenido esta fuera de ellos, que la admiración que reciben no pasa por lo que son, sino por lo que tienen de el los medios, que de paso contrato mediante, obligan al notado a esa relación asintótica de ninguna calma, o a tratarse a si mismo como una cosa. A ser esa apariencia que se llena afuera que el que tiene seguidores por ahí reconoce una relación mas racional y menos apasionada, que el que tiene fanáticos realmente todo lo contrario, pensándolos bien como casos extremos, que su fama no les pertenece mucho menos a los que tiene fanáticos, que son menos nada de si, sino completamente de todo este resto.
Cuando el arte es un negocio, el artista reproduce su arte y también su vida con el mismo proceso productivo, y se sabiendo, pero no entiendo de porque esta tan mal visto pensar espectáculos para ganar guita, que la guita es un simple medio de cambio, que hay que desmitificarla, no hay que darle mas valor del que le corresponde como papel cuantificable, que el arte tiene un precio histórico en este mercado, pero que de seguro si es autentico, este arte tiene mucho mas valor que precio; y para esto no hay que ser economista, que esa contradicción que existe entre la bohemia y la guita, y de cual es la necesidad, de esa supervivencia en la subsistencia. Este vestigio de hipismo para ser gracioso conmigo y con los compas, y que también he sufrido y que todos tenemos adentro, condicionándonos contradiciéndonos en el deseo, me río de triste y de nervioso como no se dan cuenta todos los demás mareados, que es mal menos humano y más comercial en infinitamente vendido y readaptado. Aclama una necesidad y un cambio de conciencia, que busca agruparse y asociarse, con más compañeros y amigos en este colectivo interdisciplinario de autoexistencia.
Viene bien notar entonces, que nosotros los argentinos, sin hacer el ejercicio o siquiera a aferrarnos al revisionismo histórico en la cual el carisma es uno de los bienes mas admirados, objetivando, mejor dicho la virtud más preciada en cualquier sujeto, que nosotros como rioplatenses en contraste con el frió húmedo de inviernos, somos de aferrarnos a las pasiones, y de ser los mas apasionados, y nos comemos esa en pocas palabras y ellos con esta identidad hacen guita; y la siguen revendiendo, que no es nada nuevo este suceso, que estos fenómenos de endiosamiento repentino, son negocios, de nuevas figuras nuevamente sin contenido y nos suceden cotidianamente desde el tango y los compadritos, que siempre andamos necesitando virtuosos salvadores, estos nos apasionan como cultura; y que como ellos en el fondo somos carentes sujetos de identidad y que los tenemos midiendo altos parámetros de imagen y mercadeo; vendiendo miles en publicidades,
porque estos son los espectáculos que podemos producir como cultura claramente, estos son los múltiples e idénticos lava bochos, productos del poder del monopolio multiasociado, desde la difusión de la angustia, la desesperación y el miedo, que esta cultura del monopolio no hallara libertad porque vive aferrada a esta ilusión sensible.
Que aquel sueño americano, hace pie acá tan hondamente, que la pobreza no tiene caras, al contrario de la guita, que tiene siempre las mismas figuritas,
porque aunque sea el notado un excelente artista pianista o poeta y pudiéramos reconocerlo como algún deseo de tener su contenido para nuestras virtudes no es una burbuja y que sus calles son también las mías; pero que desde este sistema tan perverso, establece un contrato fantochísimo e implícito y lo que recibimos de el, son sus discos o sus libros, sus recitales o sus charlas y lo que se desea indirectamente del notado, de su propiedad irrevocable y casi infinita, es ese reconocimiento comercial, de su producto o de su productividad: como artista, futbolista, modelo con sus infinitas caras de cholula bonita, que siempre van a ser sus mercancías y sus productos, que no lo serán jamás sus nobles y burguesas, solidarias y culposas acciones; y que las únicas tendencias que importan son sus consumos, nunca sus opiniones o sus letras.
Que fomenta entonces este notado, que nos deja ver de el?
Y que ese circo asqueroso del que se hace eco revelándose y criticando en las catacumbas de sus ensayos de farsa, sin creerse muy bien adentro sin serse honesto, pero aceptando de empachado y de propietario, que en su miedo a dejar o a desaparecer de la fama no logra notar las sonrisas que les son regaladas devenidas de su notoriedad, y en fin se paranoiquea y prefiere blindar el coche por las dudas y lo único que hace es reproducir la distancia y la burbuja, despojándose de su humanidad latente, dejándola a seis pies del piso para seguir contradiciéndose y vendiendo..
Desde siempre, la relación entre el arte y el vil metal es algo que nos permite comprender las obras, pero también es cierto que esta relación tiende a invisibilizarse,
a creer que realmente somos brujos que hacemos magia y nos alineamos con los cielos y los astros para recibir el mensaje y la palabra, para contarles más finales, aunque algunos si lo sean, creo que en base a dos motivos: el primero está ligado a la excesiva e idealizada concepción esencialista del proceso de creación, en la que el autor se convierte en una especie de superhombre y la creación se contempla como hermética y ajena a la realidad mundana, claramente aquí el tipo es dios; el otro motivo que encuentro es la gran superposición existente entre lo que es denominado como económico y lo político, aspectos que siempre han ido de la mano y que son tratados como temas aislados por la academia. Por lo tanto esta actitud relacionante y bien común de este tiempo, casi la mas universal después de la relación mercantil, que es sin duda intelectualmente deshonesta pero tomada como medio para ser consistente con el ridículo que reproducen sus instituciones y que permiten, ocultar relaciones políticas y comerciales que ayudan a gestar una idea de oposición entre lo auténtico y lo comercial, del mismo modo que desinforman marketineando sobre las repercusiones que tiene su consumo.
Que la posibilidad de conocer estas prácticas permitiría una mayor comprensión de la creación como un proceso multidimensional; que el intercambio de experiencias de este tipo de características a través de las nuevas redes nutren a la experimentación que es una de las más reales maneras de conocimiento; que es un deber apropiarnos de estos medios tan gratuitos, que la cultura del blog es la nueva manera de informarse desde la opinión de un periodista o de investigador diverso que este fenómeno personaliza la información pero que a la vez la deseditorializa de la opinión del multimedio y que esta es una de las banderas de la nueva rebeldía de contenidos, así como la formación de un criterio más elaborado y real para el notado que enriquecería mucho mas el contenido de cualquier obra y estrecharía más su relación con el receptor de su fama.
Supongamos ahora, que esta bien el argumento del famoso o el notado, el cual vendría a ser el de mandar a que el fan vaya a vivir su vida, o que se construya una si es que no la tiene, pero indirectamente el notado fomenta ese vacío que llena consumiendo la idea que posee de el mirado, esta idea endiosada o fetichizante del ahora mártir de los medios; pero que este es su público y que la idea es que siga consumiendo sus productos o los productos en los cuales participa porque así será medida su productividad y penetración en el medio (segmento de mercado), para lo cual le pagaran cuantiosas sumas de papeles los productores; entonces indirectamente, esa proyección del fan es donde tiene cierta necesidad contractual implícita del reconocimiento de uno y el desconocimiento del otro, forjando que esa relación suceda desde esa asimetría de información de uno y otro. Porque para el fanático el notado podría volverse luz y ahí esa necesidad de encontrarlo y tocarlo hasta de seguirlo irracionalmente si es que se sintió salvado. En buenos aires hay barrios que son mas fanáticos y hay barrios mas intelectualizados.
Que la comunicación se presente también asimétrica es consecuencia de lo anterior y que hay alguien que sabe a medias de un famoso, aunque ahora con las webs tengan la posibilidad de ser mas institucionalizados y de su vulgar fama, porque no lo sabe completamente en detalle, jamás ha compartido ni un instante de sus momentos, pero tiene dentro la ilusión que lo conoce realmente según el grado de identidad hasta podria considerarse que es el mismo, en esa dualidad de personalidad, ha escuchado la radio y se ha visto identificado con el conductor, por diversos reconocimientos, pero de fondo lo que conoce es lo que le muestran los medios del notado y que esa parcialidad superficial aparente, insustanciosa y vacía vendría a manifestar esa distancia innecesaria que solo justifica la mercantilización del notado.
Atento, todo este proceso de pensamiento colectivo me es provocado después de haber conocido a un supernotado que es una excelente persona y muy simple, pero que no sabe bien manejar la locura de la relación con su público, que esta ha sido la carencia de toda su carrera, que revisando dentro no entiende que hace que estos se hayan apasionado tanto con su arte, tipo que tiene la responsabilidad infinita comercial y artística, de seguir gustando hasta a los padres que han nombrado a sus hijos con su nombre y ahora estos también que van a ver sus shows.
Y que el otro contorno vacío, que el que nota es siempre un completo desconocido que de fondo, lo único que desea poseer de su notado es la cuestión de cambiar ese estado de encarnar esa dinámica social prometida, consistentemente el hecho de superar su estado indiferencia universal de todos los seres consigo, para dejar de una vez por todas de ser un total desconocido y convertirse en un famoso más en ser parte de los selectos, para que todos deseen ser el para que todos deseen vivir su vida, pero que el ratón se puede pisar la cola y que este ciego entupidamente fanatizado 24hs por día no entiende esta parcialidad, que sigue consumiendo y tapando los baches cada vez mas enraizados con su miedo y con su sometimiento decide comprar mas buzones y entonces creer todo lo que dicen del notado, pero al revés lo único que consigue es incrementar su ideación de este personaje alejándose de su realidad, voy a permitirme salvar aquellos que cuenten con una buena capacidad desde el sujeto en este caso, famoso y de su educación para manejar esta cuestión de la cotidianeidad de sus días con la notoriedad de su vida.
Que si uno no se ha preparado para ello puede enfermarse y psicotizarse con los locos que son tocados por las experiencias de los notados. Porque es una cuestión bien fuerte que lo reconozcan todos aún después de que sus personajes se hubieran gastado, que la impersonalidad no tiene una cuantificación objetiva ni mucho menos un precio.
Que cuando la cuestión del fundamento de la fama queda tan de evidencia o tan cuestionada, como cuando uno solo es mediático, que estas personas son las superficies de la fugaz fama que se extinguen como la novedad mercantil, como se extinguirán los comodities chinos y como no profundizan ninguna posibilidad de cambio alternativo salvo excepciones, maniáticas o fobias sociales.
Es entonces en esa confusión difundida por todos los cuervos merodeantes que comen esa misma carroña que reproducen y del reconocimiento dual donde se reproduce la farsa desde el aislamiento, el estrellato y el éxito del silencio, que se profundiza más como dice el dicho, que desde la cima lo único que se puede hacer es un pozo hasta el fondo.
Aunque con sus propias e individuantes reservas el notado es inconcientemente el creador del fanatismo que sufre, desde antes y desde siempre, con la lógica de a mayor exposición en medios mayor seguidores fanáticos y posibles consumidores de los productos que publicita, que viene bien traer la enseñanza del amo y el esclavo, que hay uno que se puede salvar porque todo lo hace con sus manos y que hay otro que dependerá toda la vida por no saber usarlas; digo antes, específicamente antes, de la era web 2.0 porque las redes vienen a hacer esto a desfanatizar y a desmercantilizar sujetos, que estos podrán ser otro tipo de mercancías mas acordes y más nuevas, las cuales contaran con seguidores o consumidores con mayor participación y mayor conciencia por la lucha de las ideas, pero el hombre de hoy sigue siendo un producto de los medios, pero que era una mercancía al fin, y que la contradicción entre percibir al famoso como sujeto y objeto, al mismo tiempo era una realidad bien cierta como lo son las hojas volando al viento, ya que es siendo una persona pero sin dejar de ser mercancía, tiene la característica que ninguno de los dos entendió, y por eso los dos extremos son el fanatismo del no notado y el exitismo aislacionista del notado, que esta es la dualidad inherente a la relación humana intentocomunicacional que los vincula.
No sana, ni comunicativa.
Con la frontera tecnológica siempre llevándonos a todos de las narices y desde las nuevas formas de difundirse hasta los nuevos productos literarios que permiten la época de la virtualidad, nos viene bien ir planteando la discusión que se da por los derechos de autores que esta es una cuestión central del futuro, cuestión central la de la disociación entre la difusión de contenidos gratis o privados, que es esencial la revisión de cual es la magnitud de apropiabilidad de estos contenidos, que ser notado o famoso tiene que ver con un contenido humano no con una pose contracultural, y que nos interesan mucho las cuestiones que bien merecen muchos grupos de discusión.
Lo negativo es que esta era tiene el problema del no filtro y a veces uno ve hasta vómitos publicados y comentados por cualquiera. Pero festejo la difusión de contenidos.
Porque para encontrar soluciones reales hay que preguntarle a la gente que de eso sabe.
Como se notara desde este espacio creemos en la gratituidad de nuestros contenidos aunque aceptamos también lo cierto de sus derechos, acá no robamos nada a veces descubrimos a veces creamos, vaya a otro lado con el copyright de otra era; y que nuestra misión es la más larga por lo que deberemos seguir siendo creativos para continuar sobreviviendo. Pero repito nuestra obra no puede ser considerada como mercancía nunca más.
Fanáticos go home

Algunas cuestiones que me dejo esta investigación
Sobre cual es El sentido de la memoria en este tiempo
Desde los celulares, no se el teléfono de nadie
Desde Internet no guardo mas nada en mi cabeza sin culpa, vendría a ser el automatismo del recuerdo en un disco rígido virtual.
Ojo con ese modismo nuevo porque los discos rígidos también se rompen.