lunes, 1 de junio de 2009

Se atenúa el sol
y se corren las nubes.
Se apagan todos juntos
los porros
por la veda de estos forros.
Deambula la culpa,
instruida y cristiana
por todos los poros;
tapados,
intraducibles
vistos desde las lupas
y por mis neurotransmisores.
Se cerraba el cielo
e histérico el viento
lo recomponía.
Pedorreaba un cuento
siniestro
y separaba
el consejo obtuso
de otro mamotreto.
No comunicaba nada
perdía más plata
mientras,
a si no se apostaba;
se movía en un caño
gastado de sexo
y solo se mareaba.
Brillaba,
y con brillitos
tapaba sus orificios
como se embadurnaba.
Y mis palabras,
tampoco valen,
nada
menos mis pensamientos
y faltan todas mis emociones